Entrevistamos a Paula Rivas
¿Cuál ha sido su recorrido profesional para llegar a ejercer su profesión?
Comencé a hacer fotos con mi cámara compacta cuando tenía 12 años, y tanto me gustaba que terminé recibiendo como regalo mi primera cámara réflex a los 16 años.
Desde ahí, me puse a realizar sesiones muy baratas a amigos y conocidos y fui creando portafolio mientras, a su vez, acudía a eventos y jornadas culturales de diversa índole. Algunos de estos trabajos los cobraba y otros no. Así pues, desde el año 2007 hasta el año 2019, mi cómputo total de fotografías abarcaba los cerca de 500 álbumes.
Hoy realizo trabajos como freelance en diferentes modalidades del sector, ya sea cubriendo eventos, documentando procesos creativos como foto fija, participando en prensa o realizando sesiones a particulares que deseen tener unas buenas fotos.
¿Por qué ha elegido este trabajo? ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Este trabajo te fuerza a aprender a mirar. No basta con solo ver lo que tienes delante, has de saber captar la esencia de las cosas para poder reflejarlo en las fotografías. Por otro lado, una de las cosas más bonitas que la fotografía da es la posibilidad de poder interactuar con las personas en un contexto muy fuera de lo común. Se genera un pequeño vínculo porque la persona deposita confianza en el fotógrafo, se expone, se abre a probar y enfrentarse a la lente, y esto es algo que valoro de todo corazón.
¿Cuáles son las dificultades que encuentra en este trabajo?
Es un trabajo que requiere un largo proceso previo de autoconocimiento. Hacer fotografías es bonito, puede ser incluso fácil, pero saber para qué quieres hacerlas no siempre es tan sencillo. Y, para mí, saber responderse a uno mismo respecto a esto último del "para qué" de manera satisfactoria es la diferencia entre un profesional y un amateur.
En su opinión, ¿qué cualidades o talentos se debe tener para desempeñar este trabajo?
1. Calidad humana: saber ser cercano.
2. Resolver problemas: saber hablar claro y gestionar imprevistos.
3. Aprovechar la experiencia para conectar con la gente.
4. Entrenar el ojo: saber mirar.
5. Sentido del tiempo: percibir el momento exacto para disparar.
6. Dotes artísticas: saber sacar lo mejor a través de la postproducción.
¿En qué consiste su trabajo?
Lo primero es conocer a quien demanda mis servicios. Un hilo conversacional a través de un chat o un buzón de entrada nunca tendrá el mismo efecto que una llamada o videollamada, así que suelo concertar una para conocernos.
Una vez los detalles quedan especificados, preparo y envío un documento que resuma todo lo acordado en la llamada.
Si tengo oportunidad, visito la ubicación escogida previamente para saber en qué terreno voy a trabajar.
Y cuando llega el momento, reúno el material necesario y hago las fotos.
Una vez hechas, invierto tiempo en seleccionar, editar y retocar el cómputo total de fotografías que conforman el trabajo.
Y, por último, le envío el trabajo al cliente a través de un link de descarga.
Cuando me confirma que las ha recibido, doy el trabajo por finalizado.
¿Cómo definiría usted la relación entre un fotógrafo y su cliente?
Debería ser el vínculo justo y necesario para querer volver a repetir por ambas partes con un café previo a la sesión fotográfica.
¿Cuál es su especialidad dentro de la fotografía?
El retrato.
¿Qué es lo que más le motiva de su trabajo?
La posibilidad de poder hacer fotografías a algo o alguien realmente increíble.
En su opinión, ¿cuál es el rol principal de un fotógrafo?
El amigo, desde luego. He visto muchos fotógrafos priorizar la materialización de la fotografía que tienen en mente antes que empatizar con el modelo. Y no, con 3 o 4 frases cliché la persona-modelo no suele relajarse. Más bien al contrario.
Creo que hay que hacerse amigo del modelo, o al menos intentarlo, y que sea de manera sincera y natural. No tiene nada que ver con llevarse bien a la fuerza, tiene más que ver con estar dispuesto a recibir de buen gusto todas las inquietudes, ideas o sensaciones que le puedan provocar al modelo estar frente a la cámara. Cuando esta predisposición por parte del fotógrafo es sincera, el ambiente que se genera es de confianza, es decir, es muy propicio para que el modelo se suelte y disfrute realmente de la experiencia fotográfica. Por otro lado, creo que tratar de crear amistad también tiene que ver con el agradecimiento. Dudo que exista mejor forma de agradecer la confianza que el cliente deposita que abrirse de brazos a conocerle y escucharle.
¿Y puede ser sincero un "intento de amistad"? Yo creo que sí. Al fin y al cabo, como he dicho antes, no se trata de entrar en ningún terreno emocional (a no ser que se dé el caso), sino más bien de llevar tu trabajo más allá de un simple clic.
Si tuviera que autorretratarse, ¿cómo sería dicha fotografía?
Aparecería sonriendo en algún paraje de montaña con una buena luz de atardecer iluminándolo todo.
¿Cuál es el proyecto que más le ha marcado a lo largo de su carrera?
Más que un proyecto, se trata de una etapa.
Actualmente me encuentro finalizando mis estudios de Máster en Fotografía y Postproducción y, ciertamente, no ha podido ser una etapa más enriquecedora.
¿Cuál es su ciudad favorita?
Siempre fue Valencia, aunque actualmente estoy descubriendo Madrid y me está sorprendiendo muchísimo.
¿Dónde encuentra la inspiración?
En las personas. Sus historias, sus experiencias, sus formas de mirar, sus rostros, sus formas de desenvolverse... Es en el ser humano donde encuentro más belleza.
¿Su app de móvil preferida en este momento?
¿Un mensaje que quiera dejarle a sus futuros clientes?
Todo el mundo puede hacer fotos.
La diferencia entre cobrar por ello o no, no reside en la capacidad para hacerlas, sino en la habilidad para hacerlas. Y esto, como en todas las profesiones, se aprende a lo largo de muchos años de dedicación y esfuerzo.
¿Algo más que añadir?
Gracias por dedicar tiempo a leer mis respuestas :)
Gracias por esta entrevista Paula Rivas.